10 pasos para que tu habitación huela a fresco
¿Sabías que investigaciones recientes han demostrado que el ser humano puede distinguir más de un billón de olores?
Los descubrimientos demuestran que nuestro sentido del olfato es mucho más selectivo de lo que creíamos, según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH). Dada la capacidad de nuestra nariz para detectar tantos olores, no es de extrañar que nos sintamos más cómodos en entornos con olores agradables.
Teniendo en cuenta que pasamos aproximadamente un tercio de nuestro tiempo en nuestros dormitorios, es un lugar ideal para tomar en cuenta el olor y la calidad del aire. Aquí tienes diez sencillos pasos que puedes seguir para que tu habitación huela bien (y mejorar la calidad del aire de tu casa al mismo tiempo).
¿Son los olores agradables necesariamente buenos para la calidad del aire interior?
A menudo hacemos suposiciones sobre la calidad del aire basándonos en su olor.
Sin embargo, esa puede no ser una prueba fiable. En todas partes hay anuncios de ambientadores, velas perfumadas y otros productos destinados a hacer que tu casa huela bien.
Aunque los ambientadores y similares pueden ayudar a eliminar los malos olores (al menos temporalmente), algunos pueden ser fuentes de compuestos orgánicos volátiles.
Los compuestos orgánicos volátiles, o COV, son sustancias químicas que se transmiten por el aire y pueden suponer una serie de riesgos para la salud.
Steinemann et al. (2011) investigaron los compuestos orgánicos volátiles (COV) emitidos por 25 productos perfumados de uso cotidiano, como ambientadores, productos de cuidado personal y artículos de limpieza.
El estudio descubrió que los productos emitían 133 COV, de los cuales 24 están clasificados como tóxicos o peligrosos según las leyes federales de Estados Unidos.
Deshacerse de los malos olores en casa es importante, pero en lugar de cubrir el olor con productos químicos potencialmente dañinos, deberías empezar por entender por qué la casa huele así. Una vez que sepas de dónde procede el olor, podrás tomar medidas para eliminar la fuente por completo.
¿Por qué huele mal mi habitación?
Incluso cuando hay un olor en tu habitación, el origen del mismo puede no ser evidente.
Si tu habitación huele a humedad, podría estar causado por algo llamado compuestos orgánicos volátiles microbianos (COVm).
La Agencia de Protección Medioambiental afirma que «como los COVm suelen tener olores fuertes o desagradables, pueden ser la fuente del «olor a moho» o del olor a humedad que se asocia con frecuencia al crecimiento del moho».
Un olor a humedad sugiere que el moho está creciendo en el edificio y debe ser inspeccionado.
El moho puede encontrarse prácticamente en cualquier lugar del dormitorio: escondido en las paredes, en los alféizares de las ventanas, debajo de la alfombra o en las esquinas del baño.
Mientras que el moho es un inconveniente puramente cosmético, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Abreviados como CDC en inglés) dicen que si puedes ver u oler el moho, puede haber un riesgo para la salud.
Aunque es una causa común de malos olores, el moho no es la única fuente posible que trae mal olor a la habitación. Otras fuentes potenciales de malos olores son:
- Orina y heces de mascotas: A veces, incluso las mascotas mejor entrenadas tienen accidentes. Tanto si se trata de un accidente en un lugar oculto como de uno que se limpia inmediatamente, el olor puede persistir durante semanas o incluso meses. Si se deja demasiado tiempo, la orina de la mascota puede filtrarse en el acolchado de la alfombra y provocar la aparición de moho.
- Sobras de comida: Los envases de comida o bebida viejos pueden empezar a oler. Incluso si no hay restos evidentes de comida o bebida en tu habitación, las manchas o derrames viejos podrían crear un olor también.
- Ropa sucia: El cesto de la ropa sucia es otro caldo de cultivo para las bacterias. De hecho, un estudio publicado en el Journal of Chromatography A descubrió que «el sudor de la axila es inodoro hasta que entra en contacto con las bacterias de la piel. El estudio continúa hablando de seis tipos de compuestos orgánicos volátiles que se encuentran en la ropa sucia. Si hueles algo extraño, la culpa puede ser de tu ropa sucia.
- Aire estancado: El aire estancado atrapa partículas como el polvo, las esporas de moho e incluso el humo del tabaco. Esto es especialmente más notorio en los días húmedos y calurosos. Si no tienes una ventilación adecuada en la habitación, el aire retiene estos contaminantes.
- Polvo: El polvo se compone de todo tipo de cosas asquerosas: piel muerta, polen, pelo y caspa de mascotas, insectos, excrementos de insectos y suciedad. Y eso es sólo el principio. El polvo no sólo hace que tu habitación parezca y se sienta sucia, sino que también afecta a la calidad del aire y puede causar olor a humedad.
¿Cuáles son los peligros de los gases contaminantes?
Las sustancias químicas transportadas por el aire, tanto si podemos olerlas como verlas, pueden afectar a la calidad del aire en la casa. También pueden suponer un riesgo para la salud. En cualquier habitación de tu casa puede haber contaminantes:
- COV: Los compuestos orgánicos volátiles (COV) se desprenden de materiales de construcción y muebles, o de productos de cuidado personal y limpieza del hogar. Según la EPA, los COV pueden provocar síntomas como irritación de ojos, garganta y nariz, así como dolores de cabeza y náuseas.
- COVm: Los COVm son emitidos por el crecimiento del moho. La EPA informa de que se desconocen los efectos de los COVm sobre la salud, pero la exposición se ha relacionado con síntomas como dolores de cabeza, mareos y náuseas.
- Humo de segunda y tercera mano: El Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley ha descubierto que el humo del tabaco que se lleva en la ropa y el pelo, llamado humo de tercera mano, causa daños genéticos en las células humanas.
- Humo de chimenea: El humo de la chimenea (humo de leña) puede agravar las enfermedades pulmonares a corto plazo. A largo plazo, la exposición al humo de la madera puede causar una reducción de la función pulmonar, bronquitis crónica e incluso la muerte prematura, según la EPA.
- CO2: El monóxido de carbono procedente de su estufa de gas, calentador u horno puede provocar síntomas iniciales similares a los de la gripe, como dolores de cabeza, fatiga, falta de aliento, náuseas y mareos. La exposición a altos niveles de monóxido de carbono puede provocar la muerte. La Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor (CPSC) recomienda instalar una alarma de monóxido de carbono en cada hogar.
Así que, aunque ciertamente quieras tomar medidas para que tu habitación huela bien, es importante que tengas en cuenta que el origen del olor es el verdadero problema que hay que abordar, si quiere proteger su salud.
¿Cómo puedo hacer que mi habitación huela a fresco?
Ahora que sabes de dónde puede venir el mal olor y que la calidad del aire interior puede ser mala independientemente de si puede olerlo o no, es hora de ponerse a trabajar para que su habitación se sienta tan fresca como un día de primavera (sin el polen, por favor).
Prueba estos diez pasos para dar una sensación de frescura y placer a tu habitación, así como para mejorar la calidad del aire de la misma.
1. Identificar el olor.
Cuando notas que tu habitación huele mal, puedes tener la tentación de enmascarar el olor con una vela o un ambientador. Sin embargo, esa es una solución a corto plazo, y no será efectiva durante mucho tiempo. Además, puede afectar a tu salud.
De hecho, cuando utilizas ambientadores comerciales, pueden liberarse COV nocivos en el aire de tu casa. Al fin y al cabo, un mal olor se sobrepone a cualquier intento de disimularlo.
El primer paso para que tu habitación huela a fresco es identificar la fuente del olor y eliminarla.
Tómate un tiempo para inspeccionar a fondo la habitación en busca de moho, fugas de agua, condensación o humedad. Deberás prestar especial atención a los lugares oscuros y húmedos en busca de moho y hongos, ya que es ahí donde prosperan.
Para empezar, aquí hay algunos lugares clave para comprobar si hay moho en tu habitación:
- Rejillas de aire acondicionado y calefacción.
- Cestos de la ropa sucia.
- Cualquier tapicería, incluidos los muebles y las cortinas.
- Plantas en macetas.
- Alféizares.
- Alfombras.
- Detrás y debajo de cualquier mueble que no se mueva a menudo, como las cómodas o la cama
Si tienes un baño adyacente a la habitación, querrás comprobar si hay crecimiento de moho o hongos:
- Sobre, bajo y alrededor del lavabo y el inodoro
- En la ducha y la bañera
- En la cortina y el revestimiento de la ducha
- En las paredes y el suelo
Si encuentras alguna fuente evidente de moho o hongos, deberás limpiarla de inmediato. También es importante que tomes nota -y repares- cualquier fuga de agua o zona de la habitación donde se acumule condensación o humedad.
Aunque todavía no haya moho, las zonas húmedas son el huésped perfecto para que nazca el moho.
2. Limpia el polvo de tu habitación de arriba a abajo.
El siguiente paso para hacer que su habitación huela a fresco es limpiar el polvo.
El polvo es una combinación de partículas de dentro y fuera, desde piel muerta y polen hasta caspa de mascotas y excrementos de insectos.
Puede aparecer de forma natural en el interior de la casa y también ser traído desde el exterior. Aunque el polvo en sí mismo no parezca un gran problema, sus diferentes componentes pueden provocar síntomas de alergia.
Incluso si no eres alérgico, limpiar el polvo debería ser una prioridad. Mantener tu habitación libre de polvo no sólo te ayudará a respirar mejor, sino que también evitará que las partículas que se encuentran en el polvo hagan que tu habitación huela a humedad.
Probablemente sepas que debes quitar el polvo de los lugares más obvios, como las mesas y las estanterías, pero no te olvides de las persianas, los ventiladores de techo y las lámparas; de la parte superior de las puertas y ventanas, y de la tapicería; de los aparatos electrónicos y sus alrededores, los zócalos y las alfombras.
Otras cosas que debe tener en cuenta cuando limpies tu habitación (o cualquier otro lugar de tu casa) son:
- Limpia de arriba a abajo: Si limpias de abajo a arriba, el polvo se depositará en las superficies que ya has limpiado.
- Utiliza un paño húmedo para quitar el polvo de las superficies duras: así evitarás que el polvo se levante en el aire.
- Utiliza una mascarilla: Todo ese polvo acabará en el aire (si no utilizas un paño húmedo) y una mascarilla ofrece cierta protección.
3. Limpia los suelos.
Ahora que has terminado de quitar el polvo, es el momento de pasar a limpiar los suelos.
Los suelos son un cajón de sastre para todo lo que ocurre en tu habitación. Recogen el polvo, los derrames, las migas y, si tienes mascotas, sus accidentes.
Para suelos de madera
Si tienes suelos de madera en tu dormitorio, la limpieza debería ser bastante fácil. Lo mejor es utilizar una mopa húmeda. Barrer o utilizar una mopa seca sólo hará que el polvo y otras partículas vuelvan al aire, dificultando la limpieza profunda.
Para un dormitorio enmoquetado
Si tu habitación está enmoquetada, es posible que tengas que hacer un poco más de trabajo, pero ten por seguro que tu habitación olerá mejor cuando hayas terminado. Para conseguir una limpieza profunda en tus suelos enmoquetados:
- Localiza cualquier punto que huela especialmente mal: Puede que tu mascota haya tenido un accidente que haya empapado la moqueta, o que un derrame de agua haya humedecido la moqueta y haya provocado moho.
- Espolvorea bicarbonato de sodio en el lugar afectado de la alfombra: Si es posible, déjalo reposar toda la noche o, mejor aún, durante dos días. Esto permitirá que el bicarbonato absorba el olor.
- Aspira el bicarbonato de la alfombra: Esto debería eliminar los olores leves. Si no funciona, trata la zona con una mezcla de vinagre blanco y agua: el ácido del vinagre eliminará las bacterias de la alfombra.
- Aspira a fondo toda la alfombra: Como medida adicional, puedes espolvorear bicarbonato de sodio en toda la alfombra antes de pasar la aspiradora.
Independientemente del tipo de suelo que tengas en tu dormitorio, no te olvides de limpiar las zonas de difícil acceso, como debajo de los muebles grandes o en el fondo del armario.
4. Abrir las ventanas.
En el interior de la casa hay una plétora de contaminantes, todos ellos confinados en un área relativamente pequeña. A pesar de lo que mucha gente piensa, el aire del exterior puede ser mucho más saludable que el aire del interior, incluso teniendo en cuenta los contaminantes del exterior, como el polen y el smog.
Abrir las ventanas permite que el aire fresco rompa el aire estancado que atrapa olores desagradables en tu dormitorio.
Si eres alérgico al polen o vives en una zona con altos niveles de smog, debes comprobar el informe sobre la calidad del aire del día antes de abrir las ventanas para que entre la brisa.
5. Baña a tus mascotas.
Si tienes mascotas en casa, sabes los males de tener pelo mascotas por todas partes. Para evitar que tus mascotas contribuyan (aún más) al mal olor de tu habitación, bañalas regularmente.
6. Lavar las sábanas y la ropa sucia
Pasas mucho tiempo en tus sábanas, y siempre es una buena idea lavarlas al menos una vez a la semana.
De paso, asegúrate de vaciar el cesto de la ropa sucia con regularidad. Los gases liberados por las bacterias, el aceite y el sudor que quedan en la ropa, haciendo que emita olores desagradables.
Para mantener a raya este problema, nunca pongas la ropa excesivamente sudada en el cesto de la ropa sucia. En su lugar, lavala enseguida.
7. Limpiar toda la tapicería
Al igual que las sábanas y la ropa sucia, cualquier tipo de tapicería es un imán para el polvo, los ácaros y otros contaminantes. Aquí tienes algunos buenos consejos para mantener la tapicería de tu habitación limpia y sin olores:
- Lava las cortinas.
- Utiliza un tratamiento de vinagre blanco y agua para eliminar cualquier mancha u olor en los sofás y otros muebles tapizados.
- Aspira los muebles tapizados para eliminar el polvo y la suciedad acumulados.
- En el caso de artículos especiales o antiguos, considera la posibilidad de contratar a un especialista para que los limpie.
No es necesario limpiar la tapicería todas las semanas; una buena limpieza a fondo una vez al mes debería ser suficiente.
8. Enciende un deshumidificador.
Como hemos hablado antes, la humedad puede ser un gran problema cuando intentas que tu habitación huela bien.
El aire húmedo y las superficies mojadas son territorios para el moho. Dependiendo del clima de tu región, puedes tener problemas para evitar que la casa sea demasiado húmeda.
Dado que el aire húmedo puede atrapar contaminantes y malos olores, considera invertir en un deshumidificador.
Esto ayudará a extraer la humedad del aire de la habitación, haciéndola menos hospitalaria para el moho. También notarás que la habitación está menos cargada, algo importante para que huela bien.
9. Utilizar un purificador de aire interior
Los purificadores de aire para interiores trabajan para atrapar y destruir contaminantes que se encuentran en tu casa.
Al eliminar los contaminantes, se eliminan eficazmente algunas de las fuentes de malos olores. Cuando busques un purificador de aire, es inteligente elegir uno que descomponga los alérgenos y contaminantes como las esporas de moho y los productos químicos en el aire.
Los que simplemente los atrapan pueden volver a liberarlos de vuelta a la habitación.
10. Utilizar un absorbente de olores.
Por último, pero no por ello menos importante, utiliza un absorbente de olores natural, como el bicarbonato de sodio, para atrapar cualquier olor persistente en tu habitación.
Como los absorbentes de olores retienen las partículas de aire que causan los malos olores, tendrás que sustituirlos a menudo.
¿Cómo puedo añadir aromas frescos y naturales (en lugar de ambientadores) a mi habitación?
Los diez pasos anteriores ayudarán de forma significativa a refrescar el aire de tu habitación, pero si quieres ir más allá y añadir aromas naturales a la habitación, aquí tienes algunas sugerencias.
El Departamento de Salud Pública de Connecticut recomienda utilizar plantas aromáticas como el jazmín, los lirios o las rosas. También puedes hacer popurrí o bolsitas de hierbas con ingredientes naturales como pétalos de rosa o lavanda.
Otra recomendación es utilizar aceites esenciales orgánicos o naturales como el de menta o el de naranja. Para hacer tu propio ambientador, puedes añadir entre 8 y 10 gotas de aceites esenciales auténticos a una botella de spray llena de una taza de agua.
¿Puede ser tan fácil hacer que mi habitación huela a fresco?
Los olores desagradables pueden ser frustrantes, pero, afortunadamente, hay medidas como las mencionadas anteriormente que deberían ayudar.
Aunque hacer que tu habitación huela bien puede ser subjetivo en el fondo, creemos que estos pasos mejorarán la calidad del aire en tu habitación al reducir los niveles de contaminantes, que pueden ser potencialmente dañinos para tu salud.
Seguir los sencillos pasos dichos anteriormente supondrá una inversión inicial de tiempo, pero una vez que los lleves a cabo, sólo tendrás que mantener una limpieza regular y asegurarse de que tu habitación esté bien ventilada. Tu nariz será más feliz y tu estarás más sano.